domingo, 15 de noviembre de 2009

El ejercicio el mejor remedio contra el Stress....





¿Qué es el stress?

El estrés se produce cuando los sucesos de la vida, ya sean de orden físico o psíquico, superan nuestra capacidad para afrontarlos.

Aunque puede afectar a todos los órganos y funciones orgánicas, sus efectos se concentran sobre el corazón y sistema cardiovascular, que se ve obligado a trabajar de forma forzada, y sobre el sistema inmunológico, que reduce su efectividad lo que provoca una baja en las defensas contra las infecciones, y probablemente también contra otras enfermedades.

Síntomas y Etapas del Stress

Uno de los primeros síntomas en aparecer es el nerviosismo, un estado de excitación en el que el sistema nervioso responde de forma exagerada o desproporcionada a estímulos considerados normales. El consumo de tabaco, o de alcohol y café u otras sustancias estimulantes, son la causa más común de nerviosismo y falta de equilibrio en el sistema nervioso.

La ansiedad también suele ser punto común en personas que se sienten "estresadas". Se trata de un trastorno psicosomático, que comienza afectando a la mente pero acaba repercutiendo sobre diversos órganos del cuerpo, produciendo taquicardia, dolor de estómago, colon irritable (alternancias entre estreñimiento y diarrea), etc.

Se han identificado tres etapas en la respuesta al estrés. En la primera etapa, alarma, el cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea de agresión o de fuga. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar en la sangre, incrementan la transpiración, dilatan las pupilas y hacen más lenta la digestión. En la segunda etapa, resistencia, el cuerpo repara cualquier daño causado por la reacción de alarma. Sin embargo, si el estrés continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños.

Si continúa la resistencia se inicia la tercera etapa, agotamiento, cuya consecuencia puede ser una alteración producida por el estrés. La exposición prolongada al estrés agota las reservas de energía del cuerpo y puede llevar a situaciones extremas. Ciertos tipos de jaqueca y dolor de cara o espalda, el asma, úlcera péptica, hipertensión, asma y estrés premenstrual, son ejemplos de alteraciones relacionadas con el estrés. Además, el estrés emocional puede causar o empeorar muchos trastornos de la piel, desde urticaria, cosquilleo y dolor hasta los que producen sarpullido y granos.


La actividad física y stress

La reacción de stress prepara al organismo para la acción física. Los sistemas nervioso y hormonal preparan al cuerpo para la lucha o la huída, reacción que, por definición, tiende a terminar en una actividad física.

En consecuencia, la manera más eficaz de neutralizar la reacción de stress es recurrir a la actividad física, siempre y cuando se hayan cumplido previamente dos condiciones. En primer lugar, que los nuevos programas de ejercicio comiencen progresivamente, y en segundo lugar, que la actividad elegida no se practique con un excesivo espíritu de competencia. Una "implicación del ego" en una situación de competencia puede, en efecto, causar un stress suplementario.

El papel de la actividad física en el dominio del stress se manifiesta en tres niveles: tratamiento, prevención y bienestar.



Tratamiento

La actividad física quema los subproductos de la reacción de stress, los cuales, de otro modo, podrían ser nocivos. Los productos inutilizados como azúcares y grasas contribuyen a la aparición de procesos degenerativos, tales como enfermedades cardiovasculares o úlceras.

Otros productos surgidos de la reacción del stress, como la noradrenalina, nos vuelve altamente vulnerables con respecto a las emociones nocivas, como el miedo y la cólera, si esas sustancias no son empleadas en una actividad física a la que están destinadas.

Por lo demás, después de una actividad física, el organismo movilizado se calma bajo el predominio del sistema nervioso parasimpático, y el equilibrio es restaurado.

Prevención

El aparato respiratorio y el corazón reaccionan al ejercicio de manera sintrópica, vale decir que se vuelven más fuertes y más eficaces cuando son empleados de manera apropiada. Todos los sistemas del organismo reaccionan en forma similar a la actividad física, reforzando nuestra capacidad para afrontar eficazmente exigencias suplementarias.

Practicando como medida preventiva contra el stress, el ejercicio físico exige cierta regularidad. Treinta modestos minutos tres veces por semana determinan de por sí significativos efectos benéficos.


Bienestar

El ejercicio físico también aporta beneficios psicológicos al unir el cuerpo y el espíritu por intermedio de una forma de expresión natural. Resulta un excelente tratamiento para la agresión y para la depresión, y es una sana distracción de las preocupaciones cotidianas. La sensación de bienestar, serenidad, que dura mucho más allá del período del ejercicio, refuerza nuestros sentimientos positivos con respecto a nosotros mismos y a nuestro entorno.

Los problemas de stress a menudo son el resultado de una falta de equilibrio entre la actividad física y la actividad mental que deriva de nuestro modo de vida sedentario, asociado a niveles elevados de stress prolongado.

Recuerde que somos seres integrales, cuerpo, mente , alma y espíritu deben de estar en armonía para lograr alcanzar el estado ideal de bienestar.

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